Uso

La entrada a la Casa Fisher se encuentra en el cubo angular. La sensación de diagonalidad es inmediata. El hall de entrada ocupa la extensión completa del cubo, y culmina con la espectacular vista del verde paisaje.

La entrada a la sala de estar se encuentra en el punto en el que ambos cubos conectan y ese ángulo se acentúa por el cambio en la dirección del parqué entre el hall de entrada y la sala de estar. Todo el volumen cúbico es a la vez comprensible.

 

 

 

 

Una pantalla de 2,5 metros de altura situada alrededor de la cocina y la chimenea de piedra divide la habitación. La enorme chimenea se eleva desde los cimientos hasta la sala de estar. su curvada pared de roca escarpada se contrapone a la estricta geometría del cubo, delimitado por bandas de madera y paredes blancas. La piedra en bruto parece ajustarse a la región en la que se encuentra la casa, pero a la vez sugiere una presencia masculina primitiva. Kahn asocia la chimenea a la masculinidad, manifestada como pilar que penetra en el volumen de la casa, un gesto no menos poderosos que la brecha angular que divide los dos cubos.

 

 

 

 

En el rincón junto a la chimenea, un banco hecho a mano de madera y suspendido entre dos ventanas da lugar a un espacio moderno. Las ventanas que flanquean el banco, ambas hechas a mano, están exquisitamente adaptadas a la escala humana: la ventana más alta para una persona de pie, la ventana más pequeña cuidadosamente adaptada para una persona que se encuentra sentada en el sofá. Debido a que la sala se alza sobre el suelo en peniente y las vistas a través de las amplias ventanas están repletas de árboles, la experiencia es similar a estar en una casa situada en lo alto de un árbol.